miércoles, 31 de marzo de 2010

Arquitectura, música, teatro y cine


En la arquitectura, el siglo XIX fue testigo del cambio del estilo barroco al neoclásico. La insíración clásica y racionalista conteibuyó al abandono del pasado colonial inmediato.
El Palacio de Bellas Artes (1904) es una muestra de arquitectura decimonónica, como lo son también el Edificio de Correos, el Palacio de Comunicaciones - hoy Museo Nacional de Arte -, el Casino Español, El Teatro Degollado en Guadalajara, el Mercado de San Francisco en Morelia, y el Hospital de Maternidad en Puebla.


La música tuvo oportunidad de desarrollarse en México por motivos distintos.
Era indispensable animar con ella celebraciones civiles y religiosas, tertulias y bailes. Había verdaderos aficionados a los conciertos y pocos años después de la consumación de la Independencia, en 1825 , se fundó una sociedad filarmónica en México.
Más tarde, con presencia de la ópera, los mexicanos tendrían ocasión de disfrutar de la música culta, aunque todas las clases sociales seguían gozando de la música poular en diferentes festividades.


En 1853 se fundó el primer Conservatorio Dramático de México, en el Teatro Principal, con el propósito de enseñar a los jóvenes el arte de la declamación. En eneral, el teatro gozó del interés de distinto tipo de público a lo largo de todo el siglo, aunque, a finales de éste, apareció un nuevo motivo de atracción: el cine.


Durante los primeros seis años del siglo XX aparació un cine documental (es el que busca mostrar hechos reales) de asuntos que se lograban conocer con anticipación y que permitían trasladar las cámaras hasta el lugar de los hechos. Sin duda se trataba del espectáculo más revolucionario y, a partir de ese momento, se convirtió en un anuncio del nuevo siglo.

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